(Dice Joaquín que está volviendo a escribir por placer. Por el suyo y por el nuestro, añadiría yo).
Hay una risa cómplice, con ella no conmigo. Hay uno, dos, tres… seis corros amurallados. Viajo de uno a otro, paso por todos, no pertenezco a ninguno. Ella sonríe. La jarra de cerveza vuelve a quedarse vacía. Los regalos se acumulan en un rincón. En el aliento fugaz de la noche, walking down Atocha street, hay un hombre entre tres paredes de cartón y una de cristal. Walking down Atocha street, con las manos en los bolsillos, como si todo fuera real y sólo yo fuese una pieza de otro decorado. He olvidado el poema genial, verso libre, no sé nada de reglas métricas y no quiero saber cómo funciona la muñeca. Romanticismo barato. Nueve versos encadenados con la velocidad genial del alcohol, sin el miedo que todo lo ata. Ella no estaba hoy. Ni ayer.
1 comentario:
Sugerente...Mmmmmmmm Y mucho.
Elena
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