sábado, 16 de agosto de 2008

EL MAR EN LA CARACOLA por Le Soldat Perdu


(Os dejo un cuento de un compañero bloguero que me encanta. Encontraréis más cosas suyas en www.lesoldatperdu.blogspot.com).

Las cajas de cartón cubren casi por completo un lateral de la estancia, cada una de ellas marcada con una fecha y una serie de anotaciones jeroglíficas. En su interior, objetos sin aparente relación: un mapa con indicaciones a lápiz en aquella pequeña de la esquina, una vieja fotografía y un frasco azul de perfume en esa otra del fondo, un antiguo disco de vinilo y una receta de magdalenas con vainilla en esta de aquí.


Siempre le acompaña un pequeño cuaderno de tapas desgastadas donde va anotando títulos de canciones, temas de conversación, lugares, mareas y fases de la luna. Meses después, tal vez años, tomará con delicadeza una de las cajas y volverá a recrearlo todo: la música de fondo, el rumor de las conversaciones en otros idiomas, el sonido lejano de las olas, aquel aroma casi olvidado.

Y a veces, cuando cae la noche, el cazador de recuerdos roza con los dedos las letras grabadas en cada una de las cajas y la expectación se refleja en sus ojos. Pero es cuando mira hacia las paredes aún vacías cuando sonríe.

martes, 12 de agosto de 2008

SUEÑO AMERICANO por Josué Santiago de la Cruz


(Qué genial es regresar de vacaciones y encontrarme cuentos vuestros en mi mail. Este me parece limpio y afilado. Gracias y bienvenidos de nuevo.)


Jacinto cruzó el río y un desierto. Sufrió hambre y frío. Sobrevivió a la mordedura de una víbora y de pura suerte esquivó una bala que le disparó un oficial fronterizo la noche que pisó territorio estadounidense. Sólo lo animaba el anhelo de alcanzar el Sueño Americano. 
Era ya de madrugada y no traía equipaje. Todo lo perdió en las veredas, hasta a sus acompañantes, comidos por la fatiga, la noche y el olvido.
—Cuando llegues a la carretera —le dijo el abuelo—, sigue caminando y no pienses en volver.
Las luces de la ciudad y el ruido urbano se le metieron en los ojos y cuando quiso regresar había olvidado el camino.