De vuelta del aeropuerto tras pasar algunos días con su amante, el oficinista antes hastiado se pregunta si será capaz de ceñirse de nuevo el corsé de inventarios, hipotecas y cifras sobre la brecha palpitante que se le ha abierto en algún lugar cercano a las tripas.
4 comentarios:
Hermoso pensamiento,y no sé si será capaz de hacerlo, ya que lo perseguiran los sentimientos.
Un beso y un sentimiento .
Ese se ha pegado un Halloween fino fino fino...
Cierto, yo no podría con todas esas obligaciones. Un beso
¡Cómo me gustó! Típico -y necesario- "respiro" de oficinista...
Un cariño afectuoso desde este caliente rincón de Sudamérica.
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