Incapaz de soportar su piel ajada, la sirena rompe a llorar. Después empieza su canto. Enajenado por su voz, el viejo marino dirige su barco contra las rocas. Antes de ahogarse alcanza a ver cómo se dibuja un sonrisa de tinta en el rostro de su bíceps.
9 comentarios:
A lo mejor estoy un poco espeso, pero no lo entiendo.
Hola Xuan, creo que así se entiende mejor,
Un beso.
Me ha costado un poco pillarlo pero ha valido la pena el esfuerzo.
Un saludo
Sí, sí.
Mucho mejor. Ahora tiene más sentido.
Muy bueno.
Las historias de sirenas me encantan. Esta, escrita con tinta, es estupenda. Felicidades.
es cierto que es algo criptico el microrrelato, pero está muy bien escrito.
A ver el próximo...
Pues lo entendí a la primera. La sirena tatuada me guiñó el ojo. Elena.
Qué curioso ver lo difícil que es alcanzar ese término medio entre lo sutil, lo evidente y lo críptico. Quizás por eso es tan fascinante el mundo de los micros. ¡Gracias a todos por vuestra ayuda! Seguiré trabajando este texto. :)
Muy bueno, es cierto que exige una segunda lectura, pero nada más, no lo veo críptico.
Publicar un comentario