lunes, 12 de octubre de 2009

MALA CONCIENCIA por Miriam Márquez

(Demasiado tiempo sin escribir. Me cuesta un poco ahora, pero espero atrapar de nuevo la inspiración. Mejor dicho, la pequeña ración que me toca). 

A la tercera proyección de la nueva película, el narrador omnisciente, incapaz de soportar los remordimientos, irrumpe corriendo por una esquina de la pantalla. En el último instante, consigue salvar a la fatídica heroína de un tranvía desbocado que nadie, salvo él, esperaba. Los aplausos y vítores de la sala se mezclan con la musiquilla triste de una banda sonora sin talento para la improvisación.