domingo, 9 de junio de 2013

INFIERNOS LITERARIOS



Raymond escribe culebrones llenos de lágrimas y de portazos. Detrás, Simone, ceño fruncido, redacta guiones de azafatas televisivas en minifalda. Medio derrumbado, Julio copia manuales de instrucciones para artilugios ya obsoletos. Cuesta reconocer a Virginia, pelo mojado y furiosa, obligada a parir novelitas de amor caballeresco. A su lado, Antoine llora tras sus gafas de aviador mientras teclea un prospecto.

Sólo ese francés, Jean-Paul, encadenado y azotado en un rincón, se revuelve contra su destino. El infierno, inesperado pero tan familiar, no le impresiona.