martes, 6 de julio de 2010

ESCUDOS


Como cada mañana, la niña perfecta contempla cómo su madre le hace la cola de caballo torcida, le coloca las falsas gafas de miope y le ajusta el aparato dental de mentira. Satisfecha tras verla marchar segura hacia el colegio, la bella mujer cubre sus cabellos con un pañuelo y su cuerpo con un pobre vestido antes de encaminarse al mercado.

La ilustración es obra de Maria José Reche.