sábado, 25 de octubre de 2008

DISFRACES por Miriam Márquez


De vuelta del aeropuerto tras pasar algunos días con su amante, el oficinista antes hastiado se pregunta si será capaz de ceñirse de nuevo el corsé de inventarios, hipotecas y cifras sobre la brecha palpitante que se le ha abierto en algún lugar cercano a las tripas. 

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Hermoso pensamiento,y no sé si será capaz de hacerlo, ya que lo perseguiran los sentimientos.

Un beso y un sentimiento .

Maximus dijo...

Ese se ha pegado un Halloween fino fino fino...

Ignacio Bermejo dijo...

Cierto, yo no podría con todas esas obligaciones. Un beso

Anónimo dijo...

¡Cómo me gustó! Típico -y necesario- "respiro" de oficinista...
Un cariño afectuoso desde este caliente rincón de Sudamérica.