miércoles, 24 de diciembre de 2008

EL MOSQUITO por Miriam Márquez

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A las 23:58:00", el-hombre-que-siempre-se-duerme-a-medianoche dobla el pico de la página del libro que está leyendo, lo cierra, lo deja sobre la mesilla y apaga la luz. A las 23:59:40”, un mosquito se pone a revolotear en torno a su oreja. A las 00:00;03”, el hombre-que-¿siempre?-se-duerme-a-medianoche se sienta confundido sobre la cama. Busca un cigarro, pero el paquete está vacío. A las 00:01:52”, con el silbido del mosquito de fondo, el-hombre-que-toda-la-vida-menos-ese-día-se-ha-dormido-a-medianoche se viste a toda prisa. A las 00:04:35” entra en un bar “de esos”. Piensa: “un minuto, será sólo un minuto”, y se dirige a la máquina de tabaco. Al lado está ella. Cuando se agacha para recoger sus cigarrillos, le da tiempo a recorrer la costura exagerada de sus medias. Una vez erguido, la mira y ella le hace el mismo guiño que a todos. Él, hasta ahora diurno, le responde con un gesto que no le ha hecho a ninguna. A la 5:45:20” hacen el amor. A las 6:25:37”, se duermen. Desde ese día, el-hombre-que-antes-se-dormía-a-medianoche se despierta en el apartamento de ella al caer la tarde. Justo par ver cómo se maquilla y se va. Después, hace tiempo hasta que ella vuelve de madrugada para dormirse juntos. Algunos domingos, si ella libra, la lleva al campo para que le dé el sol en la cara sin maquillaje.
Pero un día, al-hombre-que-antes-se-dormía-a-medianoche, un zumbido de mosquito le despierta a las siete de la mañana. Ella duerme. Aturdido, sale a la calle. Observa fascinado a la masa. Contempla escaparates, se compra un maletín, un traje de chaqueta y un cartón de tabaco. Pasa el día subiendo y bajando escaleras mecánicas. Sin pensarlo muy bien, llega a su piso abandonado. Retoma el libro desde la marca, y a las 23:58:00" lo cierra, lo deja sobre la mesilla y apaga la luz. A las 23:58:22" piensa por un instante que ella debe estar llegando al bar de enfrente. A las 00:00:00", el-hombre-que-toda-su-vida-se-ha-dormido-a-medianoche-menos-durante-una-época-ya-pasada respira ya acompasadamente. .

3 comentarios:

Maximus dijo...

ha encantado. Besos del hombre que deja un mensaje justo antes de las 22:00.

Maria Coca dijo...

Si es que resulta muy difícil romper las costumbres...

Me encantó.

Besosss

Caos dijo...

somos animales de costumbres, es dificil romperlas, pero nunca vienen mal las pequeñas aventuras.

Espero que no hayas abandonado la blogosfera. Se echa de menos un cuento de año nuevo.

Bss