martes, 26 de mayo de 2009

MORGANA


Como una de las cosas que más me disgustan en la vida son los consejos no solicitados, me aguanté las ganas de decirle a Miguel que no saliera con Morgana, la secretaria de la oficina. Siempre me han parecido algo extraños esos largos colmillos suyos asomando sobre el lecho de sus labios color sangre. “Manías”, me habría contestado él si se me hubiese ocurrido prevenirle, tantas eran las ganas que tenía de probar suerte en la ruleta de sus piernas. Ahora que saboreó el premio, de Miguel sólo queda una sombra en la oficina. Un ser descolorido y acobardado que acaba de dar un respingo al oír a Morgana preguntarme si podía llevarla a casa. Me angustia ver a Miguel detrás de ella gesticulando como un loco para disuadirme. Ver cómo se lleva los dos índices a la boca y hace como que me va a dar un mordisco. Le haría caso si no fuera porque no hay en la vida nada que deteste más que los consejos no solicitados.

 

1 comentario:

Maria Coca dijo...

Si, cuando se da un consejo que no se ha pedido suele ser muy perjudicial, como esa relación con la tal Morgana. Qué cosas...

Besoss