martes, 12 de enero de 2010

TINTA


Incapaz de soportar su piel ajada, la sirena rompe a llorar. Después empieza su canto. Enajenado por su voz, el viejo marino dirige su barco contra las rocas. Antes de ahogarse alcanza a ver cómo se dibuja un sonrisa de tinta en el rostro de su bíceps.

9 comentarios:

Xuan dijo...

A lo mejor estoy un poco espeso, pero no lo entiendo.

Miriam Márquez dijo...

Hola Xuan, creo que así se entiende mejor,
Un beso.

Borja Echeverría Echeverría dijo...

Me ha costado un poco pillarlo pero ha valido la pena el esfuerzo.

Un saludo

Xuan dijo...

Sí, sí.

Mucho mejor. Ahora tiene más sentido.

Muy bueno.

Maria Coca dijo...

Las historias de sirenas me encantan. Esta, escrita con tinta, es estupenda. Felicidades.

DANIEL SÁNCHEZ BONET dijo...

es cierto que es algo criptico el microrrelato, pero está muy bien escrito.
A ver el próximo...

Anónimo dijo...

Pues lo entendí a la primera. La sirena tatuada me guiñó el ojo. Elena.

Miriam Márquez dijo...

Qué curioso ver lo difícil que es alcanzar ese término medio entre lo sutil, lo evidente y lo críptico. Quizás por eso es tan fascinante el mundo de los micros. ¡Gracias a todos por vuestra ayuda! Seguiré trabajando este texto. :)

Elisa dijo...

Muy bueno, es cierto que exige una segunda lectura, pero nada más, no lo veo críptico.