miércoles, 7 de abril de 2010

ODIO


La esposa madura del 7º A odia a la quinceañera de pelo dorado del 5º B. Sobre todo cuando, en compañía de su marido, se la encuentra en el ascensor. Siempre que esto sucede, la mujer escudriña los ojos de él. No vayan a resbalar por su trenza adolescente o la lengua curva que lame el caramelo o la suave pelusa albina de sus muslos. Luego, en solitario, la mujer se atormenta: ¿La amaría si pudiera? ¿Sueña acaso con ella cada noche? ¿Se da cuenta del olor que escapa de su cuello? ¿De la ternura de su labio superior? Esta cantinela la ensimisma, la enloquece. Tanto que la primera vez que se topa a solas con ella en el ascensor no logra contenerse. Con las manos crispadas pulsa la tecla de parada. Ni siquiera el rostro sorprendido de la chica consigue detener sus ansias de besarla.

7 comentarios:

Miriam Márquez dijo...

Me encanta el odio (literariamente hablando). Sobre todo el que no es tal. ¿Os sucede lo mismo? Besos.

Anónimo dijo...

Miriam, magnífico desenlace. Enhorabuena. Ah.. el odio es, literariamente, de gran importancia. Y el desamor, y el desamparo, y la maldad, y...

Saludos,

Víctor Sáez

Virginia Vadillo dijo...

Del amor al odio hay tan poco camino...
He llegado aquí desde el blog de Elisa y me ha gustado mucho lo que he leído, sigo echando un vistazo!
Besos!

David Moreno dijo...

Jajaja
Me sorprendió. Cuando esperaba un final algo violento, se desparrama una brutal atracción.

Me gustó.

Un saludo indio

Anónimo dijo...

Gran texto...Sorprendente tu trabajo por aquí.

Saludos

Elisa dijo...

Sí, final sorprendente del todo, muy bueno.

Miriam Márquez dijo...

No comments, me alegro de que te haya gustado. La sorpresa es lo que andaba buscando. Me hace muy feliz que en tu caso haya funcionado.
Virginia, he estado paseando un rato por la intimidad de tu blog y tus reflexiones. Lo seguiré haciendo.
Emmet, gracias por descubrirme tu blog y tus escritos. Tengo que leerlos con calma. Me gusta como lo llamas, trabajo. Porque escribir tiene mucho de disfrute, pero también de superación, de cabezonería.
Elisa,
todos los micros de tu blog me parecen buenísimos, pero hay tres que son de esos que dan envidia sana. Desde aquí los recomiendo.